lunes, 9 de septiembre de 2013

Prostitución


Hace un tiempo nos juntamos con mis compañeros de la secundaria a cenar, una práctica habitual que tratamos de sostener una vez al mes. Entre la variedad de tópicos generales que sostienen nuestras discusiones, risas y chistes surgió uno que dividió las opiniones de la mesa: el buen sexo, ¿es cuestión de “habilidad” de los practicantes o de “química” entre dos personas”?
Las posiciones defensoras de la “habilidad” en el sexo trajeron como ejemplo la situación de las prostitutas. Dos de las partidarias de la “química” nos negamos a aceptar ese argumento, éramos, además, las únicas en la mesa que habíamos tenido algún contacto más o menos cercano con una prostituta.
Cuando hace unos días el jefe de la legislatura santacruceña dijo que no debían prohibirse las whiskerías argumentando que  "hay una necesidad de tener una distracción, de estar con una mujer, algo fundamental para la vida de un hombre", recordé aquella conversación que habíamos tenido con mis amigos.
Más que los dichos, me sorprendió ver que en twitter y en facebook proliferaban -del lado masculino- las defensas a los dichos del señor santacruceño, con argumentos de este estilo:
“Es legal que te hagan disfrazarte de empanada por dinero pero no ponerla por dinero. Dios mío.” (@lucasllach)
Al respecto, sostuvimos con @albinstromber una discusión epistolar -ya que somos partidarios de la argumentación y del debate de ideas como estas, así, a lo moderno- que reproducimos a continuación y, esperamos, sume en la dirección correcta:




@albinstromber:


Me encanta la deliberación racional, y me la dejaste picando.
Voy a enumerar los que a mí me parecen los argumentos liberales más o menos defendibles a favor de la legalización de la prostitución. No me decido a hacerlos propios, pero sí me parece que deben ser atendidos.

En primer lugar, hay que tener en cuenta que estamos hablando de la legalización, y no de la existencia de la prostitución. Personalmente, creo que el mundo sería un lugar mejor si a) la prostitución no existiera y b) coger fuera más fácil. Pero como uno no puede ajustar la política pública a cómo desea que el mundo funcione (salvo que uno sea Mao o Stalin), la cuestión es si es mejor legalizar o prohibir.
El argumento de la “dignidad” se apoya en que el sexo no es equivalente a cualquier otro tipo de tarea física. Es un argumento razonable, y seguramente Freud estaría de acuerdo, pero la cuestión es quién lo decide. Yo creo que nadar en una pileta de caca es contrario a la dignidad humana, y sin embargo no se me ocurre prohibir Jackass. La cuestión es por qué no consideramos que cada persona está en condiciones de decidir si le parece más digno entregar el culo por 200 pesos que limpiar baños por 40. De hecho, hay un sindicato de prostitutas (AMMAR) que aboga por la legalización y por una serie de protecciones legales.
Desde ya, cualquiera que considere que la prostitución es degradante tiene que preguntarse si aplicaría los mismos estándares a la participación en el programa de Tinelli, a la pornografía (Sasha Grey es bibliografía obligatoria al respecto) o a los desnudos en las revistas. Si participar en el programa de Tinelli no es degradante para quienes eligen hacerlo, ¿por qué lo sería prostituirse?
El contraargumento que se le suene devolver a quien dice esto es insistir en que la mayoría de las prostitutas no son prostitutas VIP. Y es cierto. Pero eso sugiere que no estamos en contra de la prostitución por principio, sino que estamos en contra de la pobreza. No debe ser casualidad que las tareas físicas que consideramos más degradantes son las que hacen los que tienen menos plata.
También dijiste que hay que haber tenido una vida horrible para elegir eso. Creo que no es cierto empíricamente, salvo en el sentido trivial de que las vidas de todos los pobres son horribles. No es cierto que todas las prostitutas, modelos o actrices porno hayan sido abusadas (Sasha Grey, de nuevo: http://www.youtube.com/watch?v=oXYA5kb60PA). Sí es cierto que tienen una relación con el sexo distinta de la que tiene uno. Como la tienen los bisexuales, o los swingers, o los sadomasoquistas.
Y si uno acepta (vos no lo aceptás, pero quizás te convenzo) que hay un componente voluntario, uno podría estar condenando indirectamente a una mujer a limpiar baños, al prohibirle la actividad más redituable a la que ella preferiría dedicarse
Insisto, creo que a un liberal convencido no le gusta el paternalismo estatal, es decir, que el Estado no te deje tomar tus propias malas decisiones. Creo que la utopía liberal al respecto es un mercado de prostitución formalizado y respetable, donde las prostitutas son bien tratadas, como los médicos de una prepaga (aunque quizás deberíamos desconfiar de todo aquel que idealice a las prepagas). A nadie le parece bien que una mujer pobre tenga que recurrir a ningún trabajo degradante. Lo que no está claro, para un liberal, es que las decisiones de una prostituta sobre qué hacer con su cuerpo sean más degradantes que las de una mucama, una modelo o una moza. En tanto los intercambios sean voluntarios, no hay problema. Ahora, si la cuestión es que las circunstancias fuerzan a una persona a una situación en la que preferiría no encontrarse, el problema son las circunstancias. Y sobre eso, creo, es más fácil que todas las personas de bien nos pongamos de acuerdo.
Espero respuesta, eh.
Saludos,
S.



@mercadersofia


Te contesto, no sé si lo lograré tan estructuradamente como quisiera.
En primer lugar, lo que en un principio motivó mi rechazo a lo que decía Lucas Llach no es el problema de la legalización/prohibición. Yo estaría dispuesta a apoyar la legalización, en general estoy a favor de que prácticas reales se institucionalicen y regulen.
Lo que a mi me despertó indignación principalmente fueron los comentarios de determinados hombres que de alguna manera justifican "el consumo" de prostitución. A mi me genera más desconcierto el problema del consumo que de la venta. No puedo creer que se esgriman argumentos del estilo "te pagan por coger", realmente quisiera saber si un tipo estaría dispuesto a laburar en serio de eso, teniendo sexo varias veces por noche con mujeres que consideran desagradables.
Me parece que no se puede comparar el trabajo doméstico con la explotación sexual: seguro, si nos desprendemos del psicoanálisis y de las condiciones subjetivas es lo mismo (una actividad física como cualquier otra)  pero como creo que todo es cultural, el sexo me parece básicamente algo de orden diferente -culturalmente- que limpiar.
Y de todas maneras, yo tampoco estoy a favor del trabajo doméstico así nomás, me parece raro que la gente viva con su empleada, me parece que se genera una asimetría ya muy fuerte en ese tipo de relación laboral.
Si querés, mi argumento es humanista: ¿hasta qué punto podés desentenderte del sentimiento de simpatía (de sympathy) para con el otro? Yo he escuchado a amigas hablar de despedidas de solteras en las que va un tipo a ponerse en bolas, me decían "la verdad pobre chabón, no es que le cabe hacer eso". Por eso yo y mis amigas nunca contrataríamos a un stripper para que nos muestre su miembro en una despedida de solteras. Me sentiría realmente incómoda tratando como un divertimento a un tipo.
Por otra parte está la elección de la mina que decide  ser prostituta. Es cierto que el sindicato AMMAR defiende la prostitución como una especie de "trabajo digno", pero a mi eso siempre me pareció raro: si vos te ponés en la piel de la prostituta que tiene que estar en la calle, cagándose de frío, peléandose con el policía, drogándose con el cafiolo, decís “bueno, dignidad las pelotas”. Yo sinceramente creo que una mujer que llega a eso es porque sufre de una autoestima muy baja. No digo que todas las prostitutas fueron abusadas, pero creo que ahí funcionan cuestiones culturales en la sociedad que determinan que el sexo femenino sea subjetivamente más débil. Nosotros nacimos en casas más o menos cultas, con una concepción de la mujer bastante adelantada (y hasta ahí, no somos la panacea), pero no pasa eso en todos lados, el machismo tiene consecuencias fuertes en la subjetividad de una mujer. Ahí es cuando yo te digo, "soy antirelativista cultural", yo quiero que todas las mujeres tengan más oportunidades de elegir.
Después otra cosa es Sasha Grey y las prostitutas vip, pero de todas maneras creo que ahí también opera algo de la autoestima fuerte. Porque no creo que las pobres por ser pobres eligen la prostitución como único medio de vida, y las ricas porque les pinta. Creo que es una decisión que sale de algo complicado. Y creo que muchos hombres confunden eso con una mina que le cabe coger. Principalmente porque a la mina que le cabe coger elige con quién hacerlo y cuándo y cómo.
Entiendo que el argumento de Sasha Grey es "es el único trabajo donde a las mujeres les pagan más que a los hombres", no me parece suficiente.





@albinstromber


Yo no consumiría prostitución. No me gusta la idea, no me calienta, no me funciona. No me siento cómodo con gente que no piensa lo mismo que yo al respecto. Pero no sé si reivindicar moralmente mi posición: creo que yo soy un tipo bastante neurótico, que es otra manera de decir "emocionalmente afeminado", y entiendo que gente que tiene una relación más directa con su cuerpo (más masculina, menos mediada, más animal, y me ahorro las comillas porque estamos en confianza) puede pensar distinto. En cualquier caso, no veo nada reivindicable en el consumo de prostitución. Alguna vez lo intelectualicé así: la gente que paga por coger es gente que entiende mal el sexo, es gente que cree que el sexo se trata de ponerla y sacarla y no de un juego -hegeliano, como todo- de reconocimiento. Quizás tendría que rectificar: a algunos el juego del reconocimiento les pasa por la guita. Se sienten, quizás, importantes por poder pagar por algo. Allá ellos. No van a ser mis amigos y no voy a pensar bien de ellos, pero no dejan de ser adultos contratando voluntariamente.
Error de tu parte no querer contratar un stripper. Podría ser divertido. "No es que al chabón le cabe hacer eso". Qué sé yo: yo tengo el mismo trabajo hace 7 años, tengo las bolas llenas y lo hago con una sonrisa igual. Me parece que hay que tener cuidado con trasladar los propios gustos y prejuicios: uno no trabajaría de eso, y quizás uno no se calienta con eso. No tiene por qué ser el caso de otros. Lucas Llach lo dijo: ni un retuit de una mujer. Es obvio que las mujeres tienen otra cercanía emocional con el problema. No es difícil de imaginar por qué: les gritan por la calle, las tratan como objetos, sienten todo el día la inminencia de una violación y no es difícil imaginar que entre el tipo que te grita por la calle, el que te toca el culo porque puede, porque sos su secretaria, y el que estaría dispuesto a comprar tus ganas de coger hay una diferencia de grados, pero no de tipos. En algún sentido, allí donde se cruzan el psicoanálisis y Minority Report, todos son violadores potenciales, al menos en tanto no creen que el sexo sea una cosa de dos. El deseo que tienen enfrente no les importa demasiado. Por eso decía que creo que entienden -peligrosamente, si querés- mal el sexo. (Confieso que escribo y se fortalece mi convicción ética contra la prostitución, pero no estoy dispuesto a dar el salto y convertirlo en una convicción política: de la misma manera, creo que es inmoral criar mal a tus hijos, pero no nos toca regularlo).
Quizás por eso te desvié la conversación hacia el tema de la legalización, porque me parece que el liberalismo tiene ahí su mejor punto. Dejé claro en el primer mail que prefería que la prostitución no existiera, pero al mismo tiempo creo que no vale imponer mi deseo.
Entonces, ¿es lo mismo la prostitución que el trabajo doméstico? Quizás sí desde el punto de vista legal-formal: idealmente, ambos son contratos voluntarios (ojo, quizás no son lo mismo: sabemos que cierta dosis de paternalismo estatal, como prohibir la merca, nos parece razonable). Y seguramente no desde el punto de vista ético-existencial: el sexo nos constituye de una manera distinta a como nos constituye el trabajo. Por eso algo de lo que dice Freud es plausible. Porque el trabajo es nuestra relación con la naturaleza, con lo inanimado, y el sexo es nuestra relación con otros.
De todas formas, como el deseo es algo tan complicado, es difícil abordar el tema. Es tan falso que todas las prostitutas fueron abusadas como que todas son Sasha Grey (aunque lo segundo probablemente sea estadísticamente más falso que lo primero). ¿Hay algo de la autoestima? No sé, diría que hay algo del deseo que funciona distinto de como funcionan el tuyo y el mío. Hay gente que disfruta sexualmente del sadomasoquismo, por ejemplo. No me animaría a puntualizar que el componente que determina ese deseo es la autoestima. En principio, porque el de "autoestima" me parece un concepto un tanto intelectualista. Diría que uno no tiene una serie de afirmaciones que cree sobre uno mismo, sino que uno es el resultado de una serie de contingencias que lo hacen querer unas u otras cosas, a veces más beneficiosas para la conservación física y emocional, y a veces más dañinas.
Para ponerlo en concreto: elegir ser prostituta me parece tan patológico (o menos) que elegir ser cura. Un cura tiene una relación peculiar con su cuerpo y su deseo, una que -a mí- me resulta todavía más extraña y ajena que la que tiene una prostituta.
Como último punto: la idea del sexo como mercancía es tan cultural como la idea del sexo como algo sagrado, íntimo, privado, respetable, valioso, importante, disfrutable, etcétera. Una nos puede parecer mejor que otra. Pero en general los criterios flaquean a la hora de ser precisos. Yo no quiero ser relativista acá, y se me ocurre algún argumento hegelofreudiano para tratar de no serlo. Pero, en última instancia, cualquier argumento de ese tipo depende de algún criterio "eudemonístico" tipo "vivir una vida sexual plena" o "ser feliz". Y no tenemos buenas varas para medir eso. Es más, quizás la mejor sea la vara del liberalismo, esa que dice que cada cual puede hacer de su culo un florero. Marx y Nietszche nos enseñaron que no somos plenamente dueños de nuestras decisiones. Creo, entonces, que la tarea no es cuestionar las decisiones, sino las circunstancias. Dicho brutalmente: si decimos que una prostituta eligió ese camino porque fue abusada de chica, llegamos demasiad tarde, cuando ya no había nada que hacer. No es que Sasha Grey tenga razón: es que Sasha Grey pudo elegir. La aspiración, como siempre, es la de que la mayor cantidad posible de mujeres tenga margen para elegir.
Hasta acá por hoy. Me voy a ver Breaking Bad.
Beso.
S.



@mercadersofia


Creo que fue un gran intercambio, no tengo nada que objetarle a tu mail y me gustó poner en el tapete cosas que pienso sobre eso.
Tu conclusión es mi conclusión, ya sé que no hay nada que hacer cuando el abuso ya se consumó
Pero bueno, cada uno aporta su grano de arena y si alguien sale a bancar el consumo de prostitución, me parece bien salir a plantear la contra.
Beso.

S.

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